En fin, no me importaba realmente el alrededor, solo me importabas vos; tu llegada, nuestro encuentro.. Volvías de uno de tus tantos viajes, los cuales tenias que realizar por tu trabajo, viajes durante los cuales yo solo sabia extrañarte, desearte a mi lado, esperarte con ansias.. Como ahora lo hacia, mi ansiedad se mezclaba con nervios..
Tenia algo muy importante y especial para decirte, por eso me encontraba allí, en esa plaza, la cual era el lugar donde nos habíamos conocido, tenido nuestra primera cita y en donde yo ahora te daría una noticia que nos cambiaría la vida para siempre. No sabia como ibas a reaccionar, por eso tenia miedo, tu reacción...
Todo esto corría por mi mente, yo estaba sentada en un banco de madera bajo un jacarandá.. Y en ese momento te vi, ahí, parado frente a mi, tus ojos brillaban.. Me levante sin dejar de mirarte y te abrace, me tomaste en rostro con las manos y me besaste así como en las películas.
Quedamos en silencia, sonriendo estúpidamente (¡Que tontos nos pone el amor!) Entonces dije : -Toma mi mano, sujétala fuerte ¿Que sientes al mirarme?; -No se. Solo se que te amo mas que a nada y no podría perderte- , -¿Por que? Te pregunte.. - Porque moriría, porque no habría mas quien me mire como vos, que me cuide como vos, que me ame como vos-.. Fue tu respuesta.
Sonrojada, desvié la mirada , la cual desde que habías llegado (Excepto cuando te abrase)
-Me encanta mirarte a los ojos- Dijiste dulcemente... - Ya que al hacerlo confirmo todo lo que veo en vos, sos todo lo que buscaba en alguien, una mujer dulce, amable, cariñosa.. Así, con paciencia y amor, me cuidas, me comprendes, me amas.. Si, si, Eso es lo mas importante.. ¡Me amas como yo te amo! ¡Incondicionalmente!-
Yo solo podia sonreír, así tal cual como lo hacen todas las enamoradas, cuando su ser especial y tan amado afirma todo su amor.
Nuevamente quedamos mirándonos fijamente y yo ya no aguantaba mas; los nervios y las ansias carcomían mi mente..
Entonces te dije,, -Necesito decirte algo muy importante- Me mirabas intrigado.. -¡Estoy embarazada!- Te dije con lagrimas en los ojos, la voz entrecortada y temblando de pies a cabeza de la emoción. Vos, te habías quedado paralizado, de repente me abrazaste y te largaste a llorar , me abrazaste fuerte, mas que nunca.. Estábamos los dos muy emocionados ¡ Íbamos a ser papas! La felicidad inundaba nuestros rostros.. Hacia ya cuatro años que estábamos juntos, y ahora ya no seriamos dos solos en casa, ahora, una nueva luz iluminaba nuestras vida.
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